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Libros de médicos y guerras

Estoy terminando de leer un libro verdaderamente impresionante. Se trata de "El Juramento" de Khassan Baiev. Es el testimonio de un médico checheno durante las guerras que han azotado su país. Recomiendo su lectura.

Aunque ocasionalmente el autor se deja llevar por sus propias vivencias y experiencias, a lo largo del libro Khassan Baiev muestra una neutralidad de criterio envidiable. El mensaje que transmite es, además, claro y contundente: las guerras las organizan políticos ambiciosos e incompetentes... y las sufre la población civil.

El libro tiene pasajes auténticamente estremecedores y salvajes y muchos otros donde se muestra el lado más humano de la gente. Cuenta, por ejemplo, cómo en una ocasión tres jóvenes soldados rusos desertaron (aterrados por la guerra) y cómo las madres chechenas les ayudaron a reunirse con sus familias. Hay varios episodios que muestran como incluso en las peores circunstancias hay gente capaz de mantener su humanidad, aunque hay muchos otros episodios cargados de bestialidad.

Como digo, una lectura que merece la pena y que además está elevando mis pobres conocimientos sobre las recientes guerras en Chechenia.

Curiosamente, hace poco leí otro relato de un médico en situación límite. Se trata de "Diario de Hiroshima de un médico Japonés". Es un diario desde el momento de la explosión atómica hasta que las cosas se van tranquilizando y llegan los americanos. El estilo es muy distinto al del libro anterior. También muy duro, pero en ocasiones poético.

En ambos casos es destacable la falta de rencor que muestran los autores y su compromiso con su profesión: su trabajo es ayudar a salvar vidas y las demás consideraciones son secundarias.

Comentarios

Fabián ha dicho que…
Je, je, Benito. No hay más secreto para mis lecturas que el hecho triste de que tengo hora y cuarto de transporte público de mi casa al trabajo y otro tanto a la vuelta.

Gracias al metro y a vivir fuera de Madrid, voy a libro por semana. En casa sólo puedo leer 4 ó 5 páginas antes de caer dormido (los libros de cabecera me pueden durar un par de meses).

Otro truco para leer algo es que apenas veo la televisión. Unos minutos de informativos durante la cena y luego la apagamos. No veas lo que cunde el tiempo sin Salsas Rosas y similares. Eso sí, en algunas conversaciones me quedo fuera de juego.

Un saludo.